En la República Dominicana, el régimen más importante de atracción de inversión, generación de empleo y promoción de exportaciones, es el de las zonas francas.
Los usuarios de las zonas francas gozan de la exención de impuestos de importación, arancel, derechos aduanales y demás gravámenes conexos sobre los bienes que se destinan a la construcción, habilitación y operación de las zonas francas. El éxito económico de las familias empresarias de la República Dominicana ha sido gracias al entrono propicio de las zonas francas para la expansión de los negocios a nivel internacional y el acceso a incentivos fiscales para impulsar su crecimiento.
En Perú, le apostaron al desarrollo agroindustrial mediante la diversificación de productos en el sector agropecuario. La consolidación del volumen de exportación fue posible gracias a la asociación con los pequeños productores, quienes generaron agricultura a gran escala. La búsqueda por invertir en sectores de desarrollo innovadores evolucionó las agroexportaciones no tradicionales e impactó positivamente en la promoción de empleos en el régimen laboral agrario.
En México, la maquila se convirtió en el principal medio de inserción internacional de la economía mexicana. El Programa de Industrialización Fronteriza (PIF) permitía importar desde Estados Unidos maquinaria, equipo y componentes libres de aranceles con la condición de que los últimos se procesaran y reexportaran hacia ese país y que los equipos se exportaran cuando ya no se necesitaran.
El desarrollo de la maquila tuvo evidentes efectos positivos para la economía mexicana, tanto micro como macroeconómicos. Esto promovió la creación de empleos, el aumento de las exportaciones, la modernización y diversificación de la estructura productiva mexicana.