Las estrategias de offshoring y movilización internacional en el contexto de la internacionalización de las empresas familiares, desempeñan un papel fundamental para expandir su presencia en el mercado global. No obstante, al implementar estas estrategias, es crucial considerar el concepto de arraigo y desarraigo, así como sus implicaciones. En este artículo, examinaremos la importancia de estas estrategias en la internacionalización de los Family Business, para ver cómo el arraigo y desarraigo afectan el proceso. Basándonos en los artículos académicos y empresariales citados, presentaremos un enfoque académico-empresarial que destaca la necesidad de comprender y abordar las implicaciones del arraigo y desarraigo en la expansión global de los Family Business.
El offshoring implica el establecimiento de operaciones en ubicaciones internacionales, lo que implica un desprendimiento parcial de la ubicación de origen. Por otro lado, la movilización internacional se basa en la colaboración con socios internacionales y el aprovechamiento de oportunidades de mercado sin necesidad de trasladar operaciones físicas. Ambas estrategias permiten a las empresas familiares expandirse más allá de sus fronteras tradicionales y acceder a nuevos mercados y recursos.
Implicaciones del arraigo y desarraigo
El arraigo se refiere a los vínculos emocionales, culturales y sociales que una empresa familiar tiene con su ubicación de origen. Este arraigo puede constituir una fuente de identidad y fortaleza para el negocio. Sin embargo, al expandirse internacionalmente, las empresas familiares pueden experimentar el desarraigo, es decir, la pérdida de estos vínculos y la necesidad de adaptarse a nuevas realidades y culturas. El desarraigo puede generar desafíos emocionales y culturales, así como la necesidad de establecer nuevos vínculos en los mercados internacionales.
Gestión del arraigo y desarraigo
Resulta fundamental que las empresas familiares comprendan y gestionen tanto el arraigo como el desarraigo en el proceso de internacionalización. Esto implica mantener una conexión con la ubicación de origen, preservar los valores y la identidad familiar, al mismo tiempo que se desarrolla una mentalidad global que permita adaptarse a las nuevas realidades. Además, es esencial establecer una red de apoyo local en los mercados internacionales, colaborar con socios estratégicos y fomentar una cultura de diversidad y aprendizaje.
Al abordar de manera proactiva tanto el arraigo como el desarraigo, las empresas familiares pueden obtener beneficios significativos. Entre estos se incluyen una mayor capacidad de adaptación, así como la flexibilidad en entornos internacionales, aprovechamiento de oportunidades de crecimiento en nuevos mercados, acceso a talento global y la capacidad de preservar los valores y la identidad familiar a medida que se expanden.
Finalmente, la internacionalización de las empresas familiares a través del offshoring y la movilización internacional constituye una estrategia crucial para su crecimiento y éxito en el mercado global. No obstante, el proceso de expansión internacional también implica considerar el arraigo y desarraigo. Al comprender y abordar estas implicaciones, las empresas familiares pueden desarrollar estrategias efectivas que les permitan consolidar su posición en el mercado global, al tiempo que mantienen su identidad y valores arraigados en la empresa familiar. La gestión adecuada del arraigo y desarraigo se convierte así en un componente clave para trascender generaciones y asegurar el éxito corporativo a largo plazo.